La Ecklonia maxima posee un altísimo interés en el mundo de la agricultura como biofertilizantes y mediante sus extractos, también bioestimulante agrícola. En concreto, pertenece al grupo de materias activas de bioestimulantes no microbianos.
Los biofertilizantes y bioestimulantes a base de extractos de algas marinas, son materiales bioactivos naturales solubles en agua que participan en el incremento del desarrollo y rendimiento de cultivos.
Para la formulación de bioestimulantes agrícolas, una de las materias primas son los extractos de alga Ecklonia maxima. Esta participa en diferentes grados de riqueza, y en función de la compañía que lo formula, sola o junto a otros compuestos o materias activas.
El alga Ecklonia maxima.
El alga Ecklonia maxima se encuentra catalogada agronómicamente dentro de especies de algas pardas, junto con otras especies populares como el Ascophyllum nodosum y Macrocystis pyrifera, por ejemplo.
También es conocida con el nombre común de bambú marino y su hábitat natural se encuentra en las costas rocosas de Sudáfrica, concretamente desde el sur de Sudáfrica hasta el norte de Namibia, en zonas de grandes corrientes, de aguas frías y ricas en nutrientes.
La Ecklonia maxima pertenece a la familia Lessoniaceae y vive bajo aguas poco profundas, no más de ocho metros de profundidad, y templadas, creando bosques de algas mar adentro.
Estas poseen un potente sistema radicular que les permite mantenerse ancladas al fondo del océano. Desde esta estructura, similar a una raíz, se eleva un único y largo stipe (tipo tallo) hacia las aguas superficiales, donde sus hojas flotantes se acercan a la superficie para realizar la fotosíntesis.
Recolección del alga Ecklonia maxima.
La recolección del alga Ecklonia maxima para la obtención de sus extractos para la posterior fabricación de bioestimulantes, se realiza de manera cuidadosa y sostenible para asegurar la preservación de la especie y el ecosistema marino.
La recolección es manual y se lleva a cabo mediante técnicas de buceo. Para ello, tras localizar su ubicación y se deben tener los permisos pertinentes para su recolección. Su extracción debe cumplir con las regulaciones y permisos establecidos por las autoridades locales o gubernamentales para garantizar la sostenibilidad y evitar daños al medioambiente.
Su recolección es selectiva, evitando dañar las plantas base de las algas para permitir su regeneración. Para ello, solo se cortan las partes maduras del alga, dejando una porción adecuada de tallo y base para que pueda crecer nuevamente.
Las algas recolectadas se manejan cuidadosamente para evitar daños físicos que afecten a la calidad de sus extractos. Seguidamente, se almacenan en recipientes con agua de mar para mantener su frescura durante el transporte.
Una vez en la fábrica para su transformación, se procede a su limpieza y secado. El siguiente paso es iniciar los procesos para separar sus compuestos bioactivos. Este se inicia con un proceso de secado, ya sea exponiéndolas al sol o mediante técnicas de secado a baja temperatura, para reducir su contenido de agua y facilitar su procesamiento.
Ya seca el alga, se muelen en polvo o trituran para facilitar la extracción de los compuestos bioactivos. Este polvo o trozos se somete al proceso de extracción de sus extractos, utilizando solventes adecuados, como agua, etanol u otros disolventes orgánicos. Una vez obtenido, suele someterse a un proceso de purificación que elimina las impurezas, obteniendo así un extracto de Ecklonia maxima más puro y efectivo.
Este extracto concentrado de Ecklonia máxima pasa a ser comercializado a empresas fabricantes de bioestimulantes agrícolas, quienes harán sus fabricados, ya sea con su extracto puro o con otros ingredientes, para poner estos productos en el mercado agrícola.
Los compuestos bioactivos del alga Ecklonia maxima.
En los extractos del alga Ecklonia maxima, por su contenido único de compuestos bioactivos, sus aplicaciones en agricultura como bioestimulante agrícola gozan de interés debido a sus propiedades beneficiosas sobre los cultivos.
La relación de compuestos bioactivos no para de crecer según se avanza en su estudio. Como ejemplo, se incluyen en ellos las citoquininas, auxinas, giberelinas y polisacáridos, que influyen positivamente en el crecimiento y desarrollo de las plantas, estimulando procesos fisiológicos y metabólicos esenciales.
En cuanto a las citoquininas, hormonas vegetales que regulan diversos procesos de desarrollo y crecimiento en las plantas, estimulan la división celular, promueven la formación de brotes laterales y retrasar la senescencia de las hojas. En ella se han identificado citoquininas como la zeatina, zeatina ribósido y sus derivados.
Respecto a las auxinas, grupo de hormonas vegetales que actúan también en la regulación de su crecimiento y desarrollo, tienen efectos sobre la elongación celular, la formación de raíces y el desarrollo de órganos. Esta alga contiene auxinas como el ácido indolacético (AIA) y sus derivados.
Sobre las giberelinas, son hormonas vegetales que regulan el crecimiento del tallo, la germinación de semillas y la floración en las plantas. Y en cuanto a los polisacáridos, carbohidratos complejos, tienen efectos beneficiosos para mejorar la retención de agua en el suelo, estimular la actividad microbiana y aumentar la resistencia a estrés abiótico, estimulando sus respuestas fisiológicas y metabólicas.