En la búsqueda de productos para una agricultura más resiliente, productiva y respetuosa con el medioambiente, la mirada se vuelve cada vez más hacia los océanos, reservorios de biodiversidad con un potencial biotecnológico aún por explorar en profundidad.

Dentro de este ecosistema, las algas pardas, en este artículo nos centramos en el alga Fucus vesiculosus, conocida comúnmente como sargazo vejigoso o sargazo vesiculoso, por ser, junto a otras muchas, una fuente interesante para el desarrollo de bioestimulantes agrícolas de alto valor.

Sobre el alga Fucus vesiculosus.

Fucus vesiculosus es un alga parda perteneciente a la familia Fucaceae y su interés radica en la extraordinaria riqueza bioquímica que contienen sus extractos.

Estos compuestos, cuando se aplican a los cultivos, pueden desencadenar respuestas fisiológicas positivas, mejorando su crecimiento, vigor, tolerancia al estrés y, en última instancia, la calidad y cantidad de la cosecha.

Se sitúa, por tanto, como una materia prima de valor en el creciente mercado de los bioestimulantes de origen no microbiano, ofreciendo una alternativa natural y sostenible a ciertos insumos químicos tradicionales.

El Fucus vesiculosus es característica de las zonas intermareales.

Esta especie no se encuentra en cualquier lugar. Fucus vesiculosus es característica de las zonas intermareales, área que queda expuesta durante la marea baja, de costas rocosas en aguas frías y templadas.

Su distribución geográfica es amplia, abarcando principalmente las costas del Mar del Norte, donde es muy abundante en las costas británicas, escandinavas y del norte de Europa continental; el Mar Báltico, especialmente en su costa oeste, donde las condiciones de salinidad le son favorables; el océano Atlántico, desde el norte de Noruega y Rusia hasta las costas de Portugal y Marruecos en el este, y desde la Bahía de Hudson y Groenlandia hasta Carolina del Norte en el oeste; y en el océano Pacífico, aunque menos común, pero existen poblaciones introducidas o nativas en ciertas áreas de la costa oeste de Norteamérica.

Su capacidad para prosperar en ambientes tan dinámicos y a menudo estresantes (cambios de salinidad, temperatura, exposición al aire) es un indicativo de la robustez de sus mecanismos fisiológicos y bioquímicos, precisamente lo que se busca aprovechar en agricultura.

Descripción botánica del Sargazo vejigoso.

Para reconocer a Fucus vesiculosus, debemos fijarnos en sus características morfológicas distintivas, como su talo, que es el cuerpo del alga, de consistencia correosa, color pardo-verdoso a pardo oscuro. Este puede alcanzar tamaños considerables, generalmente entre 30 y 90 centímetros de longitud.

Con respecto a su fijación, se ancla fuertemente a las rocas mediante un disco basal llamado rizoides o hapterio.

Esta presenta una característica ramificación dicotómica, es decir, cada rama se divide en dos ramas hijas de tamaño similar, creando una apariencia de abanico aplanado. Un nervio central prominente recorre cada fronda (la estructura similar a una hoja).

Sobre sus vesículas aeríferas es su rasgo más distintivo y que le da el nombre «vesiculosus«. Son unas vejigas llenas de gas, generalmente dispuestas en pares a ambos lados del nervio central, que ayudan al alga a flotar y mantenerse erguida en el agua para optimizar la captación de luz solar. La presencia y número de estas vesículas puede variar según las condiciones ambientales (oleaje, salinidad).

En los extremos de las ramas se desarrollan unas estructuras hinchadas y rugosas llamadas receptáculos, que contienen los órganos reproductores (conceptáculos con oogonios y anteridios). Estos suelen ser más evidentes en ciertas épocas del año.

Riqueza bioquímica del alga Fucus vesiculosus.

Lo que realmente convierte a Fucus vesiculosus en una fuente valiosa para la agricultura es su compleja composición química. Sus extractos son ricos en una diversidad de compuestos bioactivos, entre los que destacan los polisacáridos como los alginatos, componentes estructurales de la pared celular. En el suelo, mejoran la estructura y la capacidad de retención de agua y en la planta pueden inducir respuestas de defensa.

Los fucoidanos también son polisacáridos sulfatados con demostradas propiedades elicitoras (activan las defensas de las plantas), además de potenciales efectos antivirales y antibacterianos.

La laminarina es un β-glucano de almacenamiento que también actúa como elicitor de las defensas vegetales.

Los compuestos fenólicos (Florotaninos), son prácticamente exclusivos de las algas pardas. Estos polímeros de floroglucinol tienen una potente capacidad antioxidante, protegiendo a las células del estrés oxidativo, y propiedades antimicrobianas.

En el grupo de fitohormonas y reguladores del crecimiento, contiene niveles significativos de sustancias con actividad similar a auxinas, citoquininas y giberelinas, que intervienen directamente en procesos clave como la división celular, el alargamiento celular, la diferenciación de tejidos, el desarrollo de raíces y la floración.

Sus aminoácidos y péptidos actúan como bloques constructores esenciales para la síntesis de proteínas y enzimas. Algunos actúan como osmolitos o precursores de hormonas y metabolitos secundarios.

Destaca también su riqueza en minerales y oligoelementos, porque acumula una gran variedad de macro y micronutrientes esenciales del agua de mar (K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu, B, Mo, Iodo), que pueden ser aportados a la planta de forma fácilmente asimilable.

En cuanto a las betaínas, por ejemplo, la Glicina betaína, son compuestos osmoprotectores que ayudan a las plantas a mantener el equilibrio hídrico y proteger las estructuras celulares bajo condiciones de estrés (sequía, salinidad). Y sus aportes de vitaminas, como la C y algunas del grupo B, que actúan como cofactores enzimáticos y antioxidantes.

Interés en la agricultura del alga Fucus vesiculosus.

El valor de los extractos de Fucus vesiculosus en agricultura trasciende el simple aporte nutricional. Su inclusión en formulaciones bioestimulantes, ya sea sola o en combinación con otros ingredientes activos, busca provocar efectos fisiológicos beneficiosos en los cultivos.

Como otras muchas algas, sus extractos actúan en la estimulación del desarrollo radicular (mayor exploración del suelo y absorción de agua y nutrientes) y del crecimiento de la parte aérea. También ayudan a las plantas a superar mejor las condiciones adversas como sequía, salinidad, temperaturas extremas y ataques de patógenos, gracias a la acción combinada de osmolitos, antioxidantes y elicitores de defensa.

Estos optimizan la nutrición, mejorando la eficiencia en la absorción y asimilación de nutrientes aplicados al suelo o vía foliar. Así como en el incremento de mayores producciones, frutos de mejor calibre, mayor contenido en azúcares o compuestos de interés, como por ejemplo antioxidantes en frutas y hortalizas.

Además, mejora de la vida postcosecha, ya que según algunos estudios sugieren que la aplicación de extractos de algas puede mejorar la conservación de los productos recolectados.

En todo este campo, los formuladores saben que la eficacia dependerá del método de extracción empleado, que debe preservar la integridad de los compuestos bioactivos, la concentración utilizada, el momento y método de aplicación, y la especie vegetal sobre la que se aplique. La investigación continua en estos aspectos es clave para optimizar su uso.

El potencial del alga Fucus vesiculosus en otros ámbitos económicos.

Si bien en este artículo centramos el enfoque principal es el agrícola, es interesante saber que Fucus vesiculosus tiene una larga historia de uso y usos en otros campos.

En la industria farmacéutica se investigan sus fucoidanos por sus propiedades anticoagulantes, antiinflamatorias, antitumorales y antivirales. Sus florotaninos son potentes antioxidantes y tradicionalmente, se ha usado para tratar problemas de tiroides por su alto contenido en yodo (aunque esto requiere precaución).

En el sector de la cosmética, sus extractos se incorporan en cremas y lociones por sus propiedades hidratantes, emolientes, reafirmantes y antioxidantes como antienvejecimiento.

También está presente en la alimentación humana y animal, porque en algunas culturas se consume directamente. También se utiliza como suplemento por su riqueza mineral y en yodo, o como aditivo funcional en piensos para animales.

Y en el área de la talosoterapia es utilizada en balnearios por sus propiedades remineralizantes y relajantes.

Así, el alga Fucus vesiculosus es un recurso natural renovable, cargado de compuestos bioactivos, con un potencial demostrado y creciente en la agricultura moderna.