Entre los bioestimulantes no microbianos también se encuentran aquellos productos que incluyen a las algas pardas, grupo en el que se encuentran las especies más estudiadas para que, tras obtener sus extractos, los productos formulados se apliquen como bioestimulantes de plantas.

Especies de algas pardas como Ascophyllum nodosum, Ecklonia maxima, Laminaria digitata, Macrocystis pyrifera, Fucus serratus, Durvillea sp. y Fucus vesiculosus, vemos como participan en numerosos formulados de estos productos.

Clasificación de las algas pardas.

Las algas pardas se clasifican en distintos órdenes y familias dentro de la clase Phaeophyceae, son un grupo diverso de macroalgas que se encuentran predominantemente en aguas frías y templadas a lo largo de las costas del mundo.

Estas algas se caracterizan por su pigmento fucoxantina, que les da su color marrón distintivo y les permite realizar la fotosíntesis en condiciones de baja luz, como las que se encuentran en aguas profundas.

Algas pardas más destacadas para los bioestimulantes.

Algunas de las especies más relevantes de algas pardas utilizadas como bioestimulantes en la agricultura son:

Ascophyllum nodosum.

Pertenece a la familia Fucaceae y crece en las aguas frías de las costas del Atlántico Norte.

La Ascophyllum nodosum es rica en compuestos como ácido algínico, manitol, y polifenoles. Estos compuestos contribuyen a mejorar la resistencia al estrés abiótico en plantas, aumentar la absorción de nutrientes, y estimular el crecimiento vegetal. Además, su contenido en citoquininas naturales favorece el desarrollo de raíces y la floración.

Ecklonia maxima.

Pertenece a la familia Lessoniaceae y crece en las aguas de las costas de Sudáfrica.

Conocida por su alta concentración de auxinas y citoquininas, la Ecklonia maxima es valorada por su capacidad para estimular el crecimiento radicular y mejorar la producción de frutos. Su aplicación en cultivos mejora la estructura del suelo y la absorción de nutrientes, resultando en plantas más vigorosas y con mayor rendimiento.

Laminaria digitata.

La Laminaria digitata pertenece a la familia Laminariaceae y crece en las aguas de las costas del Atlántico Norte y del Pacífico.

Esta alga se destaca por su contenido en laminarina y manitol, que actúan como estimulantes del sistema inmunológico de las plantas, mejorando su resistencia a enfermedades. También es rica en oligoelementos que promueven la salud del suelo y el crecimiento equilibrado de los cultivos.

Macrocystis pyrifera.

Pertenece a la familia Laminariaceae y crece en las aguas de las costas del Pacífico, especialmente en América del Norte y del Sur.

Es una de las algas más grandes del mundo, Macrocystis pyrifera es rica en ácido algínico y otros polisacáridos que mejoran la retención de agua en el suelo, facilitando la disponibilidad de nutrientes. Su uso en bioestimulantes ayuda a mejorar la productividad en condiciones de sequía.

Fucus serratus.

Pertenece a la familia Fucaceae y crece en las aguas de las costas del Atlántico Norte.

Fucus serratus es conocido por su alto contenido en compuestos fenólicos, que actúan como antioxidantes naturales y mejoran la resistencia de las plantas a estrés abiótico y biótico. También contiene fucanos, que estimulan el crecimiento y el desarrollo radicular.

Durvillaea spp.

Pertenecen a la familia Durvillaeaceae y crecen en las aguas de las costas del hemisferio sur, especialmente en Nueva Zelanda y el sur de América del Sur.

Las especies del género Durvillaea spp son reconocidas por su resistencia a condiciones extremas, como fuertes oleajes y temperaturas bajas. Su contenido en fucoidanos y alginatos es altamente beneficioso para la mejora de la estructura del suelo y la retención de humedad, lo que favorece un crecimiento vegetal más robusto. Una de las algas más utilizadas de este grupo es la Durvillaea antarctica.

Fucus vesiculosus.

El alga parada Fucus vesiculosus pertenece a la familia Fucaceae y crece en las aguas de las costas del Atlántico Norte.

Esta alga es rica en fucoidan y otros polisacáridos que mejoran la inmunidad de las plantas y su capacidad para resistir patógenos. Además, su contenido en vitaminas y minerales es esencial para mejorar la salud del suelo y la calidad de los cultivos.

Sargassum muticum.

La Sargassum muticum pertenece a la familia Sargassaceae y es originaria de Asia, ahora es invasiva en muchas regiones costeras alrededor del mundo, incluyendo Europa y América.

Esta ha mostrado potencial como bioestimulante debido a su contenido en ácido algínico y otros compuestos bioactivos que pueden mejorar la estructura del suelo y la resistencia al estrés en plantas. Su utilización también tiene el beneficio añadido de ayudar a controlar su expansión como especie invasora.

En su conjunto, las algas pardas, junto a las algas rojas y algas verdes, representan una fuente sostenible y natural para su uso en la fabricación de bioestimulantes agrícolas.