Cómo interactúan los bioestimulantes no bacterianos en las plantas es una pregunta, que como respuesta base es que no actúan directamente aportando nutrientes, sino que influyen en los procesos fisiológicos de las plantas a nivel molecular y celular.

Esto se traduce en una serie de efectos que podemos agrupar en diferentes ámbitos, como en la modulación de rutas metabólicas y en su influencia en la expresión genética.

La modulación de rutas metabólicas.

Sobre que los bioestimulantes no bacterianos pueden influir en diversas rutas metabólicas, se encuentra la ruta del ácido shikímico. Esta ruta es fundamental para la síntesis de compuestos aromáticos, incluyendo aminoácidos como la fenilalanina, la tirosina y el triptófano, precursores de hormonas vegetales como las auxinas. También pueden aumentar la actividad de enzimas clave en esta ruta, lo que se traduce en una mayor producción de estos compuestos.

Sobre la ruta de los terpenoides, estos son una amplia clase de compuestos con diversas funciones en las plantas, incluyendo la defensa contra patógenos, la atracción de polinizadores y la protección contra el estrés abiótico. Algunos bioestimulantes pueden estimular la expresión de genes involucrados en la biosíntesis de terpenoides, aumentando su producción.

En el caso del metabolismo de nitrógeno, algunos bioestimulantes pueden mejorar la eficiencia en la asimilación y el uso del nitrógeno por parte de la planta, optimizando la síntesis de aminoácidos y proteínas. Y en cuanto al metabolismo de carbohidratos, pueden influir en la fotosíntesis y la respiración, optimizando la producción y el uso de carbohidratos como fuente de energía para la planta.

La influencia en la expresión genética.

Los bioestimulantes para plantas pueden actuar como señalizadores que activan o reprimen la expresión de genes específicos. Esto puede tener efectos importantes en los genes relacionados con la tolerancia al estrés abiótico. Por ejemplo, pueden inducir la expresión de genes que codifican proteínas de choque térmico (HSPs), que protegen a las células del daño causado por altas temperaturas, o genes involucrados en la síntesis de osmolitos, que ayudan a las plantas a tolerar la sequía o la salinidad.

Sobre genes involucrados en la absorción y transporte de nutrientes. Algunos bioestimulantes pueden aumentar la expresión de transportadores de nutrientes en las raíces, mejorando la absorción de nutrientes como el fósforo o el potasio. Y genes relacionados con el crecimiento y desarrollo, porque pueden influir en la expresión de genes que regulan la división y la elongación celular, el desarrollo de las raíces, la floración y la fructificación.

En este contexto y como ejemplos concretos, se ha demostrado que los ácidos húmicos y fúlvicos influyen en la expresión de genes relacionados con la absorción de fósforo y la tolerancia a la sequía.

También que los extractos de algas pueden modular la expresión de genes involucrados en la biosíntesis de hormonas vegetales y en la respuesta al estrés salino. Y que los aminoácidos también pueden actuar como señalizadores que activan la expresión de genes relacionados con la síntesis de proteínas y la tolerancia al estrés hídrico.

Así, los bioestimulantes agrícolas no bacterianos ejercen su acción a través de una compleja red de interacciones con las rutas metabólicas y la expresión genética de las plantas. Al modular estas vías, pueden mejorar la eficiencia en la utilización de nutrientes, la tolerancia a condiciones adversas y, en última instancia, el rendimiento y la calidad de los cultivos.

Fuentes:
– Yakhin, O. I., Lubyanov, A. A., Yakhin, I. A., & Brown, P. H.
– Rouphael, Y., & Colla, G.
– European Biostimulants Industry Council (EBIC)
– Du Jardin, P. Plant biostimulants
– Equipo de redacción de Bioestimulantesagricolas.net